Biomedicina Siglo XXI
La carne de cerdo
Recomendaciones generales:
1. Una
de las situaciones más difíciles en el manejo de la salud de los pacientes, es
la que tiene que ver con sus hábitos y costumbres alimentarias.
2. Por
otro lado este es uno de los aspectos fundamentales, en el buen desarrollo y
mantenimiento de las funciones corporales. "Que tu alimento sea tu medicina", repetía con mucha propiedad Hipócrates, el padre de la medicina.
3. Generalmente
damos prioridad a nuestras sensaciones y cómo no, las sensaciones gustativas
suelen estar a la cabeza, en las satisfacciones que buscan las personas.
4. Pero
los múltiples estudios y la práctica diaria de quienes nos manejamos en salud,
confirman la alta nocividad que implica el consumo habitual de la carne y los
diferentes derivados del cerdo.
5. Una
peculiaridad es que el consumo de cerdo, facilita la recepción por parte del
paciente de una enorme cantidad de factores tóxicos y parasitarios, que predisponen,
facilitan o complican sus procesos de enfermedad.
6. Esto
ha sido bien conocido por diversos pueblos como los mahometanos o judíos,
quienes incluso viven en un sentido religioso, una estricta prohibición del
consumo de carne porcina o de cualquier otro producto que provenga de este simpático animalito.
7. Incluso
en la Biblia nos ayuda si somos receptivos, a discernir lo que es bueno o malo para nuestra salud,
así en el Levítico (11, 7-8), podemos leer: ...Y el cerdo, que teniendo
hendida la pezuña, no rumia. De las carnes de estos no comáis , no toquéis sus
cuerpos muertos, porque son inmundos para vosotros...
8. Pero
para nosotros el aspecto religioso no es tanto el fundamental, cuanto el
aspecto científico, por lo que pasamos a hacer algunas consideraciones al
respecto.
9. El
consumo de puerco, suele desencadenar diversas reacciones agudas tales como
cuadros de apendicitis, colecistitis y cólicos biliares, gastroenteritis y colitis,
hemorroides, sinusitis y problemas respiratorios en general, así como eczemas
agudos, herpes simple, forúnculos, abscesos, etc., etc.
10. Es
bien conocido por el común de las personas, el hecho de que el consumo de cerdo
resulta “inconoso”, como dice nuestra gente, especialmente si el paciente
presenta cierto tipo de proceso, que requiera por ejemplo de una adecuada cicatrización.
11. Las reacciones agudas, se presentan cuando el paciente tiene una buena capacidad
de defensa y reacción, en la que el organismo de forma inmediata pone en marcha
diversos mecanismos de excreción, que en último término lo que pretenden es
eliminar estas toxinas extrañas al organismo.
12. Pero
lo más grave es que en muchos otros pacientes, que por el contrario no tienen
una adecuada capacidad de excreción, se producen depósitos de estas toxinas en
su organismo, que con el tiempo predisponen a diversos padecimientos de tipo
crónico.
13. Enfermedades
tales como artritis y artrosis, obedecerían en buena parte de su presencia al
consumo de chancho, ya que una alimentación tan grasa, constituye una
severísima sobrecarga al tejido conectivo.
14. Igualmente
la presencia de leucorreas (flujo vaginal femenino), fístulas crónicas,
abscesos crónicos y diversos procesos purulentos crónicos (que producen pus), también se podrían relacionar estrechamente a este hábito tan frecuente entre nosotros.
15. Estas
toxinas actúan como factores de sobrecarga, que el organismo dependiendo de su
condición, no siempre puede manejar, lo que muchas veces conduce a un estado que
se manifiesta como una reacción de tipo alérgica en el cuerpo.
16. Diversos
procesos circulatorios, así como la arteriosclerosis y la diabetes, se deben en
parte a la “ceba proteica” o exceso de proteínas. Sabemos que los llamados
mucopolisacáridos, especialmente los componentes gelatinosos del cerdo llevan
en esto, gran parte de la causa.
17. La
carne del cerdo es extremadamente grasosa, incluso la carne magra, ya que su
principal característica es que a diferencia de otras carnes, la grasa está
contenida dentro de las células (es pues de tipo intracelular).
18. Esto
lo comprobamos con solo freír un poco de carne magra de cerdo, con lo que
inmediatamente vemos como suelta una enorme cantidad de grasa, tanto que
realmente no necesita añadirse aceite para fritarla.
19. Esta
grasa que contiene el doble de calorías que los hidratos de carbono y
proteínas, el cuerpo lo que hace es almacenarla en el llamado tejido conectivo
o de sostén de nuestro organismo.
20. Experimentos
realizados con Isótopos radioactivos, por un médico patólogo de Heildelberg, el
profesor Lettre, demostraron que los productos constitutivos de un tejido,
cuando han sido introducidos en el organismo con la alimentación, y que luego
se descomponen o disocian con el proceso de digestión, migran en un altísimo
porcentaje hacia el sitio al que biológicamente pertenecen.
21. Imaginemos
a aquellas damas que gustan en exceso del jamón u otros productos y que luego
atormentadas por ciertas formas en su cuerpo, acuden en forma casi obsesiva a
dietas y gimnasios, desconociendo o queriendo "desconocer" las causas de fondo de su
problema.
22. Esto
explica lógicamente entre otras cosas la cantidad de "regordetes" tipo “Rubens”,
o “Botero” entre los comedores de chanchito, ya que ésta es una grasa firme y
dura, muy difícil de eliminar en último término.
23. Por supuesto que esta grasa está siempre estrechamente asociada al colesterol y demás grasas saturadas, jugando un papel
determinante en procesos de arteriosclerosis, hipertensión arterial,
coronariopatias, infartos de miocardio, etc.
24. El
organismo tiene su "lenguaje" que se manifiesta en los síntomas; no se extrañe
entonces de esa falta de memoria, somnolencia, picazones o alergias de la piel,
o tantos otros síntomas que directa o indirectamente podrían estar provocados o agravados por esos tan frecuentes “antojitos”.
25. La
carne de cerdo, no puede ser sometida a una combustión normal y fisiológica por
parte del organismo, por lo que o se la almacena, o se la quema en fases de
reacción, como por ejemplo por medio de las reacciones de inflamación.
26. Otro
de los peligros con el consumo de cerdo, está relacionado con el alto contenido
de la sustancia conectiva sulfurosa (glucosamina, hexosamina,
condroitinsulfato) almacenada en la carne de cerdo.
27. Este
consumo si es muy abundante, termina almacenándose en los cartílagos y ligamentos del cuerpo,
predisponiendo también por este camino a procesos de reumatismo, artritis,
artrosis, lesiones de columna o lesiones ligamentosas.
28. Este riesgo es potencialmente mayor en deportistas, ya que ligamentos, cartílagos y tejido de sostén van
perdiendo paulatinamente resistencia, con la consiguiente predisposición a las
lesiones ligamentosas.
29. Un cartílago es más fuerte y resistente, cuando tiene menor contenido de azufre
y la carne de chancho tiene un altísimo contenido en este elemento.
30. El cerdo contiene además una elevada cantidad de hormona del crecimiento, que
viene a ser un factor inflamatorio culpable de edemas o hinchazones en los
tejidos, muchas veces “inexplicables”, como tantos fenómenos “inexplicables”
asociados en el fondo al consumo de este animalito.
31. Se debe destacar además el altísimo
contenido en histamina, que es la sustancia mediadora química en todos los
procesos de tipo alérgico.
32. Resulta pues casi nefasto el consumo de chancho en pacientes con cualquier tipo
de dermatopatía (enfermedades de la piel), urticarias, eczemas, neurodermitis,
rinitis u otros problemas respiratorios que tienen un fondo alérgico, incluidos
lógicamente los problemas de tipo
asmático.
33. Otra particularidad interesante es el hecho de que en los pulmones del cerdo se
aloja con frecuencia el virus de la gripe porcina, materia fundamental junto con otras
vísceras, para la elaboración de salchichas y diversos embutidos, que
nuevamente facilitan la aparición de estas enfermedades en los consumidores de
estas “delicias”.
34. Se han descrito además diversos factores sobre cargantes del mesénquima (tejido
de conexión entre todas nuestras células, que está presente en todo el
organismo), entre los que se han mencionado incluso algunos agentes oncogénicos
(que generan cáncer), iniciadores de los peores procesos degenerativos.
35. Estas
han sido catalogadas como mitocondrias migrantes provenientes de células
inestables descompuestas por el simple contacto con los humores del organismo
que las ingiere.
36. Por
último habría que mencionar la cantidad de enfermedades parasitarias que
transmite el cerdo, como la triquinosis y la teniasis, cuya principal
complicación es la cisticercosis cerebral, tan frecuente en nuestro medio por
el alto consumo de puerco.
37. Un
dato curioso es el hecho de que toda la estructura de este animal es
extraordinariamente similar a la del ser humano, tanto que en la edad media,
servía a los estudiantes de medicina como
objeto para su entrenamiento en
anatomía.
38. Esta
similitud que no solo es anatómica sino también histológica, permite además un
intercambio biológico más fácil entre el organismo que lo ingiere y las diversas sustancias que contiene el
marrano.
39. Por
esto el tejido conectivo del hombre que consume frecuentemente carne de cerdo,
se torna finalmente blando y gelatinoso.
40. Es
muy conocido el viejo proverbio tan sabio que dice “El hombre es lo que come”.
41. Es
lamentable ver como niños desde muy pequeños tienen que arreglárselas para
controlar las patologías por cerdo.
42. Y
es que el cerdo de por sí, es el responsable de muchísimas alteraciones y
muchos enfermos, no podrán encontrar plena salud, hasta no abandonar
definitivamente este malsano consumo.
43. Así vemos los médicos biológicos niños con glándulas y ganglios que nunca se
desinflaman, niñas pequeñas con flujos hediondos, seres plagados de
enfermedades, que se les califica de
aparentemente “virales” y a quienes todo se les “inflama”, ni hablar acerca de
las famosas alergias que alocan a padres y pediatras.
44. Uno de los grandes placeres de la vida, definitivamente es el comer, pero
frente a esta situación, creo que necesariamente debemos tratar de recurrir
una vez más al "sano equilibrio".
45. Indiscutiblemente la carne de cerdo es una de las más ricas a nuestro paladar y
como decía uno de mis buenos maestros
“comer cerdo es un deliciosa cochinada”; pero frente a esto nosotros mismos,
somos los últimos responsables en la calidad de vida y salud que nos queramos
dar.
46. Ante todas estas consideraciones, es deber de nosotros los médicos
holísticos, alertar a nuestros pacientes, que en último término
serán quienes tomen la decisión final de lo que quieren hacer con su organismo.
47. Procure
vivir de la forma más biológica y natural que le sea posible, ya que esto
redundará en su equilibrio, físico, mental y emocional, así como en su buena
salud en general.
Dr. Jaime Cevallos Gómez
Medico Bioenergético
*La información contenida en esta publicación, es proporcionada únicamente con fines informativos y de orientación al público y no pueden constituirse como recomendaciones médicas personalizadas. No deberán seguirse bajo ningún concepto, como tratamientos médicos únicos y se recomienda en todo caso, consultar con profesionales médicos debidamente acreditados ante las autoridades sanitarias.
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