martes, 12 de mayo de 2015

Stress, Enfermedades de adaptación y Síndrome de fatiga crónica, algunas consideraciones.



Biomedicina Siglo XXI

Enfermedades de adaptación, Síndrome de fatiga crónica y Estres

Conceptos generales:



1.  Los conceptos de reacción de alarma, estrés y enfermedades de adaptación, se empezaron a desarrollar a partir de 1.936, con el Doctor Hens Selve, profesor de Medicina Interna de la Universidad de Montreal.



2. La fatiga de todo tipo (cansancio, apatía, falta de energía, desmotivación, debilidad), es un motivo de consulta cada vez mayor en los consultorios médicos.



3. Estas alteraciones tienen en común, el llamado estrés; palabra de origen inglés (stress), que significa el estado de tensión, esfuerzo o violencia, al que puede estar sometida una persona por cualquier causa.



4. El sustrato anatómico del estrés son las glándulas suprarrenales, que son unas pequeñas glándulas de enorme importancia, ubicadas como su nombre lo indica sobre los riñones.



5. La médula de estas glándulas, producen una sustancia llamada adrenalina que al pasar a la circulación, ocasionan una serie de efectos especialmente a nivel cardiovascular, que nos alistan para reaccionar frente a cualquier situación que requiera una acción inmediata.



6. Con la liberación permanente de estas sustancias químicas en el torrente sanguíneo, se llega a su vez entre otras cosas a la acumulación de toxinas en la sangre, que podrían entonces causar las manifestaciones externas de fatiga.



7. Cuando el estímulo persiste en forma prolongada y mantenida, se puede llegar a un verdadero agotamiento de las glándulas suprarrenales, que es lo que se produce en las enfermedades de adaptación general y el síndrome de fatiga 
                                                 crónica.



8.   Esta condición somete extensas regiones del organismo, a una desviación del estado normal de reposo, produciendo así un conjunto de cambios y molestias muchas veces inespecíficos en el ser humano.



9.  Cierto grado de estrés es permitido o aún deseable en el organismo, para mantenernos alerta ante cualquier situación de peligro o emergencia, que requiera una acción inmediata de nuestro cuerpo.



10. Una característica del estrés, es una gradación sucesiva, desde una fase mínima muy cercana a la normalidad sin expresión clínica alguna, hasta un grado extremo que puede incluso en casos ocasionales llegar a ocasionar la muerte.



11. En ocasiones de estrés crónico, intenso y mantenido, se pueden originar  trastornos clínicos definidos, conocidos como trastornos de agotamiento crónico o enfermedades de adaptación.



12. Los agentes que ocasionan el estrés, son los llamados “alarmógenos” y que son todas las causas exógenas o endógenas, capaces de producir estos estados alterados.



13. Estos “alarmógenos”, que nos conducen al estrés, se puede decir que son verdaderos “azotes” de la actual época agitada que vivimos, en la que apenas si tenemos tiempo para detenernos por un momento y pensar en nosotros mismos y en nuestro bienestar.



14. Muy diversas condiciones nos pueden llevar a esta situación; esto es situaciones de tipo externo o exógenas (traumatismos, hemorragias, quemaduras, radiaciones, ruido intenso, esfuerzo físico intenso, tóxicos, mal nutrición, etc.) o situaciones endógenas o emocionales (tristeza prolongada, soledad, tortura psicológica, problemas económicos y tantas otras situaciones posibles en la existencia humana).



15. Frente a todo esto, se produce una reacción de defensa en el organismo, que busca adaptarse a las nuevas condiciones que se exige al cuerpo, que llega si la acción del alarmógeno (estrés), alcanza cierta intensidad y se prolonga el tiempo suficiente.



16. Hay personas que viven en situación de estrés crónico y permanente, que van inevitablemente conduciendo a un “desgaste” orgánico general, con el consecuente agotamiento físico.



17. El síndrome general de adaptación comprende 3 fases: la reacción de alarma, el estado de resistencia y el estado de agotamiento.



18. La reacción de alarma se define como la suma de todos los fenómenos inespecíficos provocados por el padecimiento brusco de estrés, frente al cual el organismo no está adaptado.



19. Aquí se puede presentar una fase de shock, que es una condición de lesión generalizada, intensa de desarrollo agudo, que se caracteriza por hipotermia (baja de temperatura), hipotensión arterial, depresión del sistema nervioso central, falta de tono muscular, erosiones gastrointestinales, entre otras.



20. Posteriormente se presenta una fase de contrashock, que es un intento del organismo para adaptarse a la situación anterior y que son reacciones defensivas que consisten principalmente en aumento de la presión sanguínea, hiperglicemia (aumento de la glucosa), hipervolemia (aumento del volumen sanguíneo), aumento de la diuresis (orina), hipertemia (aumento de la temperatura), etc.



21. Cuando persiste el estrés, porque sigue actuando el o los alarmógenos, de esta fase de contrashock, se pasa insensiblemente al estado de resistencia.



22. Este estado representa la suma de todas las reacciones generales inespecíficas, provocados por la exposición prolongada a alarmógenos a los cuales el organismo finalmente ha adquirido adaptación.



23.   El estado de agotamiento, finalmente, representa la suma de todas las reacciones generales inespecíficas, que se desarrollan como resultado de esta sobreexposición a alarmógenos, frente a los cuales se desarrolló una adaptación, que en último término no pudo ser sostenida.



24. Lo que ocurre es un agotamiento final de las glándulas suprarrenales y de la energía de este sistema, con cambios similares a los que caracterizan a una fase de shock.



25. Estos cambios pueden variar  entre algunas horas, hasta años, en los que el organismo está luchando por adaptarse a las condiciones adversas, con cambios en el llamado medio interno y diversas reacciones orgánicas.



26. Frente a esta problemática, es indispensable el cambio en ciertas actitudes mentales y físicas malsanas, que son las que en definitiva están exigiendo un sobreesfuerzo al organismo




27. Prácticas como el deporte, vida al aire libre, yoga, tai-chi, ZhiNengQiGong, meditación, las artes marciales, actividades recreativas, compartir más tiempo con la familia, etc., junto con una correcta alimentación serán las piedras angulares, para corregir el problema.



28.  En definitiva, se requiere de una adecuada salud mental, junto con periodos de descanso y recreación, para superar o evitar estos síndromes de fatiga crónica.



29. Diversas medicaciones homeopáticas y remedios biológicos en una amplia gama, así como técnicas como el Shiatsu y Reiki, apoyan el tratamiento de estos casos.



30. A su debido momento, pueden ser importantes aportes en las diferentes vitaminas, minerales y oligoelementos, que contribuyan a equilibrar las alteraciones orgánicas y el desgaste producidas por estos estados alterados.



31. Recuerde utilizar tratamientos biológicos para cuidar su salud, ellos buscan el equilibrio físico, mental y emocional de su ser.




Dr. Jaime Cevallos Gómez
Médico Bioenergético



*La información contenida en esta publicación, es proporcionada únicamente con fines informativos y de orientación al público y no pueden constituirse como recomendaciones médicas personalizadas. No deberán  seguirse bajo ningún concepto, como tratamientos médicos únicos y se recomienda en todo caso, consultar con profesionales médicos debidamente acreditados ante las autoridades sanitarias.

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