Biomedicina Siglo XXI
Enfermedades de adaptación, Síndrome de fatiga crónica y Estres
Conceptos generales:
1. Los
conceptos de reacción de alarma, estrés y enfermedades de adaptación, se
empezaron a desarrollar a partir de 1.936, con el Doctor Hens Selve, profesor
de Medicina Interna de la Universidad de Montreal.
2. La fatiga
de todo tipo (cansancio, apatía, falta de energía, desmotivación, debilidad),
es un motivo de consulta cada vez mayor en los consultorios médicos.
3. Estas
alteraciones tienen en común, el llamado estrés; palabra de origen inglés (stress), que
significa el estado de tensión, esfuerzo o violencia, al que puede estar
sometida una persona por cualquier causa.
4. El
sustrato anatómico del estrés son las glándulas suprarrenales, que son unas pequeñas
glándulas de enorme importancia, ubicadas como su nombre lo indica sobre los
riñones.
5. La médula
de estas glándulas, producen una sustancia llamada adrenalina que al pasar a la
circulación, ocasionan una serie de efectos especialmente a nivel cardiovascular,
que nos alistan para reaccionar frente a cualquier situación que requiera una
acción inmediata.
6. Con la
liberación permanente de estas sustancias químicas en el torrente sanguíneo, se
llega a su vez entre otras cosas a la acumulación de toxinas en la sangre, que podrían entonces
causar las manifestaciones externas de fatiga.
7. Cuando el
estímulo persiste en forma prolongada y mantenida, se puede llegar a un
verdadero agotamiento de las glándulas suprarrenales, que es lo que se produce
en las enfermedades de adaptación general y el síndrome de fatiga
crónica.
crónica.
8. Esta
condición somete extensas regiones del organismo, a una desviación del estado
normal de reposo, produciendo así un conjunto de cambios y molestias muchas veces
inespecíficos en el ser humano.
9. Cierto
grado de estrés es permitido o aún deseable en el organismo, para mantenernos
alerta ante cualquier situación de peligro o emergencia, que requiera una
acción inmediata de nuestro cuerpo.
10. Una
característica del estrés, es una gradación sucesiva, desde una fase mínima
muy cercana a la normalidad sin expresión clínica alguna, hasta un grado
extremo que puede incluso en casos ocasionales llegar a ocasionar la muerte.
11. En
ocasiones de estrés crónico, intenso y mantenido, se pueden originar trastornos clínicos definidos, conocidos como
trastornos de agotamiento crónico o enfermedades de adaptación.
12. Los
agentes que ocasionan el estrés, son los llamados “alarmógenos” y que son todas
las causas exógenas o endógenas, capaces de producir estos estados alterados.
13. Estos
“alarmógenos”, que nos conducen al estrés, se puede decir que son verdaderos
“azotes” de la actual época agitada que vivimos, en la que apenas si tenemos
tiempo para detenernos por un momento y pensar en nosotros mismos y en nuestro bienestar.
14. Muy
diversas condiciones nos pueden llevar a esta situación; esto es situaciones de
tipo externo o exógenas (traumatismos, hemorragias, quemaduras, radiaciones,
ruido intenso, esfuerzo físico intenso, tóxicos, mal nutrición, etc.) o
situaciones endógenas o emocionales (tristeza prolongada, soledad, tortura
psicológica, problemas económicos y tantas otras situaciones posibles en la existencia humana).
15. Frente a
todo esto, se produce una reacción de defensa en el organismo, que busca
adaptarse a las nuevas condiciones que se exige al cuerpo, que llega si la acción del
alarmógeno (estrés), alcanza cierta intensidad y se prolonga el tiempo
suficiente.
16. Hay
personas que viven en situación de estrés crónico y permanente, que van
inevitablemente conduciendo a un “desgaste” orgánico general, con el
consecuente agotamiento físico.
17. El
síndrome general de adaptación comprende 3 fases: la reacción de alarma, el
estado de resistencia y el estado de agotamiento.
18. La
reacción de alarma se define como la suma de todos los fenómenos inespecíficos
provocados por el padecimiento brusco de estrés, frente al cual el organismo
no está adaptado.
19. Aquí se
puede presentar una fase de shock, que es una condición de lesión generalizada,
intensa de desarrollo agudo, que se caracteriza por hipotermia (baja de
temperatura), hipotensión arterial, depresión del sistema nervioso central,
falta de tono muscular, erosiones gastrointestinales, entre otras.
20. Posteriormente
se presenta una fase de contrashock, que es un intento del organismo para
adaptarse a la situación anterior y que son reacciones defensivas que consisten
principalmente en aumento de la presión sanguínea, hiperglicemia (aumento de la
glucosa), hipervolemia (aumento del volumen sanguíneo), aumento de la diuresis (orina),
hipertemia (aumento de la temperatura), etc.
21. Cuando
persiste el estrés, porque sigue actuando el o los alarmógenos, de esta fase de
contrashock, se pasa insensiblemente al estado de resistencia.
22. Este
estado representa la suma de todas las reacciones generales inespecíficas,
provocados por la exposición prolongada a alarmógenos a los cuales el organismo finalmente ha adquirido adaptación.
23. El estado
de agotamiento, finalmente, representa la suma de todas las reacciones
generales inespecíficas, que se desarrollan como resultado de esta sobreexposición
a alarmógenos, frente a los cuales se desarrolló una adaptación, que en último
término no pudo ser sostenida.
24. Lo que
ocurre es un agotamiento final de las glándulas suprarrenales y de la energía
de este sistema, con cambios similares a los que caracterizan a una fase de
shock.
25. Estos
cambios pueden variar entre algunas
horas, hasta años, en los que el organismo está luchando por adaptarse a las
condiciones adversas, con cambios en el llamado medio interno y diversas
reacciones orgánicas.
26. Frente a
esta problemática, es indispensable el cambio en ciertas actitudes mentales y
físicas malsanas, que son las que en definitiva están exigiendo un sobreesfuerzo al organismo
27. Prácticas como el deporte, vida al aire libre, yoga, tai-chi, ZhiNengQiGong, meditación, las artes marciales, actividades recreativas, compartir más tiempo con la familia, etc., junto con una correcta alimentación serán las piedras angulares, para corregir el problema.
28. En
definitiva, se requiere de una adecuada salud mental, junto con periodos de descanso y recreación, para superar o evitar
estos síndromes de fatiga crónica.
29. Diversas medicaciones
homeopáticas y remedios biológicos en una amplia gama, así como técnicas como el Shiatsu y Reiki, apoyan el tratamiento de
estos casos.
30. A su debido momento, pueden ser importantes aportes en las diferentes vitaminas, minerales y
oligoelementos, que contribuyan a equilibrar las alteraciones orgánicas y el desgaste producidas por estos estados alterados.
31. Recuerde
utilizar tratamientos biológicos para cuidar su salud, ellos buscan el
equilibrio físico, mental y emocional de su ser.
Dr. Jaime Cevallos Gómez
Médico Bioenergético
*La información contenida en esta publicación, es proporcionada únicamente con fines informativos y de orientación al público y no pueden constituirse como recomendaciones médicas personalizadas. No deberán seguirse bajo ningún concepto, como tratamientos médicos únicos y se recomienda en todo caso, consultar con profesionales médicos debidamente acreditados ante las autoridades sanitarias.